52 Rockero desertor, a la tercera voló de verdad


52  ROCKERO DESERTOR, A LA TERCERA VOLÓ DE VERDAD
Escrito por Berthing León Villanueva, en Lehi, Utah, USA, el 18 de Octubre de 2017

El personaje de esta narración era un joven de buen talante y buena pinta, era un muchacho al que su padre, que era una persona muy bien conectada con el alto mando militar de la FAP “lo metió” a la Escuela en contra de su voluntad con el propósito de “componerlo“, apartarlo de su afición a la música rockera y alejarlo de la farándula y de la “nueva ola”, porque le gustaba tocar la guitarra y cantar.  Para ese tiempo estaban de moda las baladas de Leo Dan y él, de apellido Gómez Zevallos, se las sabía y las cantaba todas.
Para no perder la costumbre de cantar y actuar, cuando ya estábamos  con el corte de pelo estilo militar (cortito, casi coco-pelao), Gómez agarraba una escoba a modo de guitarra y en la mitad de la cuadra (dormitorio) se ponía a cantar "Santiago Querido", "Leticia" y otras de su repertorio; pero NADA DE ACOSTUMBRARSE A LA ESCUELA, de la cual ya se había fugado 2 veces y como tenía “palanca”, se las pasaban “por alto” y se las perdonaban porque eran fugas muy cortas, pero si la hubiera cometido otro, sería una “falta Grave”, para él era una “tremendura” y la palanca lo volvió a traer a la Escuela y las autoridades de la escuela lo aceptaron.
Pero hay circunstancias, en las cuales se decide el futuro de una vida y esa circunstancia llegó una noche en que el agüevoneado Masías (AWE) cubre la guardia de Servicio de Imaginaria (vigilancia nocturna dentro de los dormitorios) y mientras hace ronda por el pasillo se consigue con Gómez; se saludaron con un "que tal" y un "kiubo" y entonces Gómez se le queda viendo y le pide a Awe que le dé un abrazo.
Awe se sorprende por la petición y le dice:
-       ¿Acaso es tu cumpleaños, hermano?
-       No, no es mi cumpleaños pero en este abrazo voy a simbolizar mi despedida de la FAP, de la Escuela y de los compañeros, a los cuales me da mucha tristeza dejarlos, bueno, no es tristeza, me corrijo, me da mucha alegría dejarlos porque me voy a escapar otra vez, pero no voy a regresar porque esta vez no me van a encontrar.
Awe lo abrazó y sintió admiración por el coraje de Gómez para tomar una decisión tan trascendental como la que estaba tomando este compañero desertor (Desertar es un delito en el Código de Justicia Militar) y siente envidia también por esa determinación.
Esa noche Gómez "Se fugó, se esfumó de la vida de la FAP", sus compañeros no volvimos a saber de él.
Menos mal que no fue Bert el Servicio de Imaginaria de esa noche porque si no hubieran sido 2 los desertores, Bert y “el cantante”.
Sus compañeros extrañaron tanto a Gómez que aun ahora recuerdan con cariño la alegría con que este “joven bien” vivía la vida.

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