36 Por qué les dicen Characatos


36 POR QUÉ LES DICEN CHARACATOS
Escrito por Berthing León Villanueva. Lechería, Venezuela, 21.09.2018
Mayta Cápac, IV Inca de la dinastía de Hurín Cuzco, soberano de la Ciudad del Sol, en su recorrido por sus dominios del Tahuantinsuyo en el año 1170, se encontraba desplazándose por las cimas heladas de la cordillera acompañado por miembros de su corte imperial. Al cuarto día de trayectoria por una ruta muy agreste, rendido de fatiga ordenó detenerse en un valle hermoso, rodeado por los volcanes, Chachani, Misti y Pichupichu, en tierras donde ya estaban construidas las primeras andenerías y los campos reverdecían bajo un eterno cielo azul. Este valle que Mayta Capac estaba encontrando era un “Oasis Multiétnico” porque ya albergaba numerosas colonias provenientes del valle del Colca, del Altiplano y del sur del Cuzco, cuyos componentes convivían pacíficamente.

Mayta Cápac cediendo a una petición de sus huestes y por inspiración divina, plantó y hundió en la tierra su lanza y exclamó: ARI QUEPAY, que significa: “Si, aquí nos quedamos” y en torno de su lanza y a las faldas de esos volcanes, asentó 3 mil familias que agruparon sus viviendas en Cayma, Yanahuara, Paucarpata, Socabaya, Characato y Chiguata.
En 1540 el español Garcí Manuel de Carbajal que pasó por esta zona rumbo al sur encontró este valle lleno de andenerías cultivadas y por las bondades de su clima se estableció con sus tropas en estas tierras de encanto, y observando la belleza de la campiña solicitó al Rey de España, autorización para fundar una ciudad, y así fundó Arequipa el día de Nuestra Señora de la Asunción, el 15 de Agosto del año 1541
Producto de esa simbiosis social, se generó una raza de hombres de aspecto y temperamento muy especiales, de espíritu crítico y rebelde al sometimiento centralizado con respecto a la capital del Virreinato del Perú, lo que trajo como consecuencia tener que soportar aislamiento y abandono a su suerte por parte de las autoridades españolas de la capital.

El nuevo habitante de estas tierras era de corpulencia atlética, anchas espaldas, vigorosos músculos, estatura mediana, tez blanca, cejas y bigotes abundantes, cabellos y patillas onduladas, semblante duro, de modales toscos y sentimientos nobles, inteligente, querendón y amigable.  Estos nuevos habitantes arequipeños tenían mucho amor al trabajo, característica que lo hacían único en el mundo y con tenacidad dominaron la tierra y la hicieron producir hasta en las piedras.
Heridos en su orgullo de agricultores, los españoles de otras regiones lo llamaron Characato, vocablo utilizado para significar: “hombre que no conoce lo imposible y que es capaz de arrancarle a la tierra agreste los frutos más preciados”. Por ello, el arequipeño se siente orgulloso cuando lo llaman CHARACATO, porque es un estímulo para su espíritu y un alimento para su ego.

Se dice que son regionalistas, pero eso no es banalidad y ojalá lo fueran más para retribuirle a su tierra todo lo que ella les da como legado.
Arequipa es querida y admirada por los que la conocen, pero es adorada por todos los que tuvieron la dicha de nacer en ella.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

186 Acampar en Playa Los Hicacos

156 Tarkarí de iguana es una comida exótica

168 El iguanero novato botó a la basura 36 huevos