176 Ejecutivo madrugador
176 EJECUTIVO
MADRUGADOR
Recién a las 5 de la mañana Bert estaba
saliendo de su oficina del Edificio de Gerencia porque no se dio cuenta que
había pasado la noche “entretenido” en el proyecto que de CREAR Y DISEÑAR EL
SISTEMA PRESUPUESTARIO de Pertigalete, que lo mantenía ocupado en toda su
potencialidad profesional.
Cuando estuvo por subir a su carro, tuvo una
inspiración y se devolvió para, como cosa excepcional, buscar y marcar su
tarjeta de asistencia con el reloj chequeador, por aquel proverbio romano que
reza que “No basta que la mujer del César de ser honesta, también tiene que
parecerlo”. Pensó que era necesario evitar la maledicencia en cuanto a su
puntualidad porque sabía de antemano que regresaría cerca del mediodía.
Marcó su salida y se fue a casita (en una
colina a 100 metros en línea recta y 300 por la carretera). Durmió 4 horas,
desayunó y regresó a su oficina, y otra vez tuvo la precaución de marcar la
hora de su entrada, eran las 10:45 am. y
cuando estaba depositando su tarjeta en el casillero, se consiguió frente a
frente con el Gerente General que estaba regresando de su recorrido rutinario
por la planta. Se saludaron y Bert pensó que lo más correcto era aclarar por
qué estaba marcando a deshora, para que esta situación no fuera a derivar en
malos entendidos, mostrándole la tarjeta le dijo:
- Luis, estoy marcando
mi entrada al trabajo porque también marqué cuando salí de mi oficina para mi
casa, a las 5 de esta mañana.
Luis lo miró y le respondió con estas palabras:
- Doctor, usted es
dueño de su tiempo, adminístrelo como mejor tenga a bien porque nosotros lo
evaluamos por resultados y en la gerencia estamos satisfechos con su trabajo.
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