169 PANCHITA DE ADMINISTRACIÓN PERDIÓ SU ESQUELETO
Escrito por Berthing León Villanueva, en Lechería,
Venezuela, 01 de Noviembre de 2017
Con el nombre cariñoso de Panchita conocíamos
y tratábamos a una compañera de trabajo, sempiterna Secretaria, Asistente y
Mandamás del Departamento de Administración de la Planta de Cemento Pertigalete,
una de las cuatro fábricas de cemento de C.A. Venezolana de Cementos. La
mencionada planta de Pertigalete tenía para el año 1978 la cantidad de 1.280
trabajadores entre obreros, empleados y ejecutivos, los cuales, por disposición
de la empresa y en resguardo de su salud estaban sujetos a un examen de evaluación
médica que incluía examen físico, hematología, odontología, audiometría, y de Radiología
(RX), para los cuales se programaba a los trabajadores con fecha y hora a fin
de que todos pudieran concurrir para su realización.
En la fecha y hora que correspondió el
turno a las mujeres que trabajaban en Administración, de las primeras que
concurrió al Dispensario estaba Panchita, de nombre Francisca de Sifontes, que por
su seriedad, su cariño y rectitud era para todo el personal de la planta como
su madre. Panchita era una mujer menudita, delgada, daba la sensación de
delicadeza y fragilidad supremas.
Cuando la llamaron, Panchita ingresó al
consultorio del Médico Radiólogo e inmediatamente procedió como le indicó, a
quitarse “cualquier objeto metálico” que tuviera en el tórax, se quitó la blusa
y en cuanto salió del aparato la paciente anterior, el Doctor ordenó que pasara
“la que sigue” a la pantalla del aparato de Rayos X.
Como era habitual, la sala de RX para el
momento de los exámenes estaba en penumbra y solamente iluminada por una tenue
luz roja. Cuando Panchita pasó al aparato, no se colocó detrás de la pantalla
si no que lo hizo detrás del soporte de deslizamiento del aparato de contraste,
es decir, entre el aparato y la pared posterior. Y el médico le dice “Tome
aire, No se mueva, No respire” y ve la pantalla y nada. Panchita ni su
esqueleto aparecían en la pantalla, y el médico intrigado subió y bajó la
pantalla varias veces y eso mismo hacía Panchita, que subió varias veces cuando
se lo permitía el aparato y tenía que bajar y agacharse cuando el aparato
bajaba porque le golpeaba la cabeza; y el médico preocupado pensaba: Será que
esta señora no tiene esqueleto? Y con voz preocupada le preguntó ¿señora, usted
está allí? Y Panchita le contesta: Si Doctor estoy aquí. El médico se levantó
de un salto y prendió la luz para ver qué estaba pasando y consiguió a Panchita
agachada entre el aparato y la pared porque la pantalla y el aparato en ese
momento estaban abajo. El médico no pudo aguantar la risa y soltó tremenda
carcajada por el suceso. Cuando panchita salió, el Médico lo hizo detrás de
ella para comentar y terminar de reírse con el resto del personal del
Dispensario.
PALABRA QUE ASÍ FUE porque me lo contó la
propia Panchita.
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