148 Un poco más y de Aviador pasa a Marino
148 UN POCO MÁS Y DE AVIADOR PASA A MARINO
Escrito
por Berthing León Villanueva, Lechería, Venezuela, 22.01.2018

Cuando Bert averiguó y se presentó en casa del
Abogado, pudo recuperar su pasaporte y comenzó a hacer gestiones a nivel
político para conseguir la Visa de Transeúnte y optar por un empleo “Con todas
las de la Ley”.
Desde su arribo a Caracas, Bert incursionó en
la docencia universitaria y aplicó a la cátedra de Pert-Cpm para Ingeniería
Civil en una institución privada y en la búsqueda de material de apoyo tuvo de
recurrir al Instituto Nacional de Capacitación Educativa INCE (entidad gubernamental
que instruía a trabajadores), porque le dijeron que allí impartían esa
asignatura.
Bert fue a la sede central del INCE en
solicitud de un libro y le facilitaron en calidad de obsequio un manual de
instrucción de Pert-Cpm, allí se enteró que en el país había solamente 5
expertos en esa materia de planificación y que estaba abierto un concurso para
optar a la formación de instructores como requisito indispensable para intentar
ingresar a la nómina.
Bert vio una oportunidad de trabajo y decidió
participar en el concurso de selección, en el resultado gano uno de los diez
cupos, que le hacía merecedor a una beca bastante interesante desde el punto de
vista económico y laboral. Entonces Bert comenzó a formarse “ahora en serio”
como docente y se cambió de residencia a San Bernardino para estar cerca de su
centro de capacitación.
Para mantenerse en condiciones físicas óptimas,
Bert concurría de lunes a viernes a las 5 de la tarde a un gimnasio en las
cercanías de su vivienda y de su trabajo, se ejercitaba básicamente con
“aparatos” para la elasticidad y tonicidad de los músculos. Era una espacio agradable, tranquilo, limpio,
nunca estaba abarrotado y la gente que allí asistía era “gente bien”. Entre los
asistentes había un individuo al que todos llamaban Verde que llegaba
puntualmente a las 5:30 de la tarde.
Por lo extrovertidos y “parejeros” que son los
venezolanos, tienen una forma simple y sencilla de relacionarse entre sí, y por
ejemplo, al segundo día de verse en algún lugar, ya se saludan, con un simple
“hola” y con un “Epa”, pero se saludan.
A los pocos días de verse, los “panas”
caraqueños ya saben sus nombres y hasta saben y se tratan por los apodos, así,
a este individuo que lo llaman Verde, Bert sabe que es por su apellido y no por
su apodo (se acostumbra llamar “verde” a las personas difíciles) porque este era
una muy buena persona. Pero al margen de todo ello, al finalizar la semana Bert
y los demás ya se saludan con mucha cordialidad y de vainita se preguntan por
la familia, por la esposa y por los muchachos (hijos).
En la “búsqueda de un mejor trabajo” Bert
revisa diariamente en el diario de mayor circulación de Caracas los avisos
clasificados de ofertas de empleos y un día encuentra uno grande que dice
“Empresa naviera venezolana solicita un Oficial de Servicios Logísticos para desempeñarse
a bordo de sus navíos en labores administrativas. Requisitos: …… y Cédula Marina”. Este último requisito era otorgado por las
Capitanías de Puerto a las personas que cumplen con las exigencias
internacionales.

Llega a la Recepción de la empresa naviera,
presenta el aviso del diario y pregunta dónde debe presentarse para la
entrevista. Lo conducen hasta una sala de espera y encuentra allí sentado a un
tipo con uniforme de un blanco impecable, se saludan con un “buenos días” pero
al poco tiempo y mientras ambos esperaban que los pasen a la oficina del
personaje con el que cada uno va a entrevistarse, comenzaron dialogar y
cordializar, en una “conversa” amena y fluida. El Oficial de la Marina Mercante
es empleado de nómina y está esperando que lo reciba el Capitán Belisario, Gerente
General de la Empresa Naviera TISA; y Bert está esperando al Gerente de
Personal.
A los 15 minutos de charla, Bert ya sabe que el
Oficial Marino es el Capitán del barco Vencemos VI, el barco más grande y nuevo
de la flota de la empresa naviera. Por su parte el Capitán del Vencemos VI sabe
que este tipo está buscando el empleo de Oficial de Logística y es justamente para
su navío que la empresa lo necesita.
Cuando al Capitán le avisan que el Gerente lo
invita a pasar a su despacho se despide de Bert y cuando estaba iniciando su
marcha hacia la oficina del Gerente, entró a la sala de espera el Gerente de
Personal.
Cuando el capitán lo ve le dice:
- Verde, este es el hombre que
estoy necesitando en mi barco, contrátalo y hagan la reservación de vuelo para
viajar juntos mañana a Puerto Ordaz donde relevaremos a la tripulación.
El Capitán dio la espalda y se retiró de la
sala, recién entonces cruzan miradas el solicitante de trabajo y el Gerente de
Personal; se reconocen y dicen:
- Cooooooño, Verde, no me digas que tú eres
el Gerente de Personal
- Hola Bert, tampoco me digas tú que vienes
por el aviso.
- Claro que si hermano.
- Tienes todos tus documentos, verdad?
- Lo único que me falta es la Cédula Marina
-
No te
preocupes que eso lo conseguimos. Veo que congeniaste con una de las personas
que va a dar el visto bueno y eso es positivo. Déjame revisar tu carpeta.
-
Mira
Verde, tengo dos carpetas, la que te estoy entregando cumple estrictamente con
los requisitos exigidos y esta otra excede en algunos elementos a lo que la
empresa requiere. Me gustaría ingresar a la empresa sin ocultar nada y
considero que entregarte mi Curriculum Vitae (CV) sin decir todo, es como decir
la verdad a medias. Qué me recomiendas tú.
-
Qué
bueno que me lo dices. Mi opinión es que arranquemos con la verdad, vamos a procesar
la carpeta completa pero de todas formas, déjame comentarlo con el Gerente
General.
El Gerente de Personal tocó la puerta del
Gerente General e ingresó. Pasaron como 10 minutos y salió con cara de
derrotado para decirle a Bert:
-
Coño
hermano, lo lamento; el Gerente revisó tu curriculum y dice que no podemos
contratarte porque eres demasiado para este cargo, que en pocos meses se te
puede presentar una oportunidad mejor y te vas a ir, entonces nosotros
estaremos en la misma situación que ahora, es decir: Buscando.
-
Gracias
amigo, pero si ese es el temor, yo les puedo garantizar que permaneceré con
esta compañía por lo menos un año. Podemos hacer un contrato sobre eso y si no
lo cumplo pues me penalizan económicamente y punto.
-
Nooooo
Bert, en este país a nadie se le puede obligar a trabajar si no es su voluntad,
así que lo del compromiso por escrito no va. Yo te recomiendo que no desesperes
porque con seguridad vas a conseguir mejores oportunidades laborales.
En este punto de la conversación, salió de la
oficina del Gerente, el Capitán del Vencemos VI, se acercó donde los dos
hombres estaban conversando y mirando a Bert le dijo:
-
Bueno,
se intentó y no se pudo. Quiera Dios que te vaya bien en este país. Estoy
seguro que nos volveremos a ver.
Se despidió de ambos y se marchó. Bert también se despidió de Verde y salió del
edificio con desagrado y desconsuelo porque el resultado de un comportamiento
honesto no fue el esperado y se decía para sus adentros “Esto no hubiera pasado
si me quedaba callado, aprende Bert y de aquí en lo adelante sopesa bien si
conviene o no evidenciar lo que realmente eres y que no tienes que dar más de lo
que se te pide”.
Y el mundo gira, a veces tan rápido que uno se
sorprende de las circunstancias y de las oportunidades que se presentan. Y en
efecto, una mañana en el curso de formación de Instructores CAS-420 del Ince,
una amiga le entrega una tarjeta y le dice que ha conseguido una entrevista
para él, para el día siguiente; será una entrevista con la persona cuyo nombre
está en la tarjeta, para conversar sobre una oportunidad de trabajo en una
empresa muy importante que forma parte del grupo económico más fuerte del país.
Bert se presenta a la entrevista, en una
oficina muy grande, alfombrada y dotada con mobiliario de madera, mesa
ejecutiva, mesa de reuniones y sillones de cuero; sus interlocutores, o más
bien sus “averiguadores” son dos personajes ya muy adultos y que denotan tener
un alto nivel jerárquico en esa institución.
Le preguntaron de sus abuelos, quienes eran,
que hacían, de sus padres, de sus hermanos, de su salud, su educación primaria,
en qué ciudad, si en una escuela del gobierno o en una privada, y la
secundaria, y después, la escuela militar, la universidad, sus becas, sus
viajes, su estado civil, sus amigos, su presente y hacia dónde quería ir.
Dos semanas después, realizada ya la
verificación del curriculum vitae en Lima mediante la Agencia de Investigación
de Personal que tenía contratada en Perú, (se enteró por la llamada telefónica
de un compañero de estudios de la universidad que fue reseñado como “referencia
personal” en el CV) le informan de la Gerencia de Recursos Humanos de la C.A.
Venezolana de Cementos que debe pasar por las oficinas de la empresa a retirar
los boletos de avión y la reservación del hotel donde se hospedaría. Habían
transcurrido 3 meses desde su intento de ingresar a la empresa naviera.
Integrado ya a la compañía, una mañana lo llama
su jefe, el Gerente de Administración para decirle que al día siguiente van a
concurrir con el Gerente General de la fábrica a un almuerzo a bordo del barco
Vencemos VI para discutir con el Gerente de la empresa naviera TISA los términos
del nuevo contrato entre las dos compañías, la empresa matriz que es Vencemos y
su empresa subsidiaria que es la naviera TISA, y que ambos gerentes de Vencemos
Pertigalete habían decidido que es conveniente que Bert los acompañara.
Los sentimientos que pasaron por la mente y por
el corazón de Bert eran difíciles de definir y de describir. Enterado como
estaba a estas alturas de que la naviera TISA era subsidiaria de Cementos
Vencemos, realmente no podía catalogar si era sorpresa, satisfacción, alegría y
dolor, porque le recordaba la frustración que sintió cuando 7 meses atrás fue
rechazado por el gerente de TISA.
El día llegó y a las 11:30 pasaron por la
oficina de Bert el Gerente General y el Gerente de Administración porque ya era
hora de ir a la cita pautada y abordaron el vehículo que los conduciría al
Muelle 6 donde estaba acoderado el Vencemos VI.
A los pocos minutos están subiendo las
escaleras del barco en estricto orden jerárquico “los invitados del Capitán”,
los tres ejecutivos cementeros están con su respectivo casco blanco y sus botas
de seguridad. A bordo los esperan, en uniforme blanco y en perfecta formación el Gerente General de TISA, el Capitán del
barco y toda la oficialidad del Vencemos VI.
Saludo militar de parte de la oficialidad del
barco y el correspondiente apretón de manos de los “terrestres”. Después de
este abordaje protocolario vinieron unos momentos de distención y de bromas
entre esos antiguos compañeros de trabajo y amigos, porque la rotación de
personal en ambas empresas es muy baja y la antigüedad promedio está por encima
de 15 años.
Los “terrestres” son invitados al puente de
mando para conocer ese nuevo barco que se está integrando a la flota, miran y
admiran la inmensidad del mar desde esa altura, ven también las dos plantas de
cemento en una panorámica no usual para ellos porque se ve desde el mar, y
después de aspirar los aires marinos y de bromear como corresponde a los
momentos previos a una reunión de trabajo, fueron invitados por el Capitán para
dirigirse al Comedor de Oficiales.
Como es norma de educación, en el ámbito civil
y militar, cuando se ingresa a un recinto bajo techo deben descubrirse la
cabeza, en consecuencia, al momento de ingresar al comedor los “terrestres” se
despojaron de los cascos y los marinos de las gorras o quepís.
Cuando
estaba por sentarse Bert le pregunta al Capitán del Vencemos VI en voz baja:
- Capitán, por casualidad, tú te recuerdas
de mi?
- Pues déjame verte bien, no, no me
recuerdo. De dónde?
-
Recuerdas
al tipo que hace unos meses estaba buscando trabajo en las oficinas de Caracas
y tú le pediste a Verde, el Gerente de Personal de TISA que lo contrataran pero
El Gerente General lo rechazó por su Curriculum?
- Caraaaaajo, pero si eres tú, amigo, no te
dije que te volvería a ver? déjame decirle, mejor dicho, déjame recordarle esto
al Capitán Belisario.
Entonces el Capitán toma por el brazo a
Belisario y le dice:
-
Capitán
Belisario, recuerda al tipo que rechazó de contratarlo porque tenía un
Curriculum que superaba con creces lo que exigíamos para el Logístico? Pues
mírelo aquí, se lo voy a presentar, es él.
Belisario vio de arriba a abajo a Bert porque
jamás lo había visto antes, le dio la mano afectuosamente y mientras la
sostenía comentó:
-
Pues es
que yo no estaba equivocado, yo tenía razón y el tiempo me la confirma; han
transcurrido pocos meses y casi eres mi jefe, porque trabajas en la gerencia de
la empresa matriz y formas parte del equipo con el que estaré discutiendo las
condiciones de la nueva carta de intención.
Así es el mundo y así son las cosas.
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